Salto de fé
Siempre he pensado que soy una persona que tiende mas hacia lo precavido y mi yo natural definitivamente no estaría catalogada como un fan del "Borras" que cuentan nuestros padres se aventaba así como así.
Aunque cosa rara, tengo que reconocer que muchas de mis mejores experiencias de vida han salido de esos momentos en que hice las cosas sin preocuparme mucho de los detalles, ya sabes, ese viaje sin planear, o la fiesta que se armo de improvisto o el cambiar de camino solo para variar a la rutina, o incluso aquellas que han salido mal, cada vez que las recuerdo me sacan una sonrisa y son grandes anécdotas.
Y hablando de la rutina, esa palabrota que la relacionamos normalmente con el aburrimiento y que nos da la sensacion de seguridad de lo conocido, esa sensacion de control, muchas veces ficticia, de las cosas, y aunque nos gusten o no, dificilmente las modificamos, y que nos lleva a pedir siempre el mismo helado del mismo sabor y que de ninguna manera permitirá que pidas un helado de aguacate, es ese instinto protector que ve a los monstruos de nuestro subconsciente, e incluso en nuestras relaciones se convierte en una amalgama que une a las personas, para bien y para mal. Es ese miedo a perder lo que ya tienes y no te permite ver que puedes tener mas de lo que hoy ya tienes.
Una de las cosas que reflexionaba cuando andaba en bicicleta, era acerca de una vocesita interna que me hacia parar un momento a pensar, cada vez que iba ha tomar una ruta nueva, o bajar por un pendiente complicada, en todo lo malo que podía pasar, y sin embargo daba ese salto de fe y pasaba a la acción, y darme cuenta que no paso nada malo, si no todo lo contrario.
Sigo creyendo que no se trata simplemente de hacer cambios por que si, en algunos simplemente debes de disfrutarlos por el mero placer de hacer algo diferente, en otros deberás de preparte para la aventura que implica lo desconocido, y en otros los que vayan a implicar un cambio mas radical en tu vida debes de saber incluso a donde quieres llegar, pero invariablemente siempre debes de dar ese salto de fe a lo desconocido, después de todo ¿que es lo peor que podría pasar?
Así pues, se ve la vida desde una bicicleta
Aunque cosa rara, tengo que reconocer que muchas de mis mejores experiencias de vida han salido de esos momentos en que hice las cosas sin preocuparme mucho de los detalles, ya sabes, ese viaje sin planear, o la fiesta que se armo de improvisto o el cambiar de camino solo para variar a la rutina, o incluso aquellas que han salido mal, cada vez que las recuerdo me sacan una sonrisa y son grandes anécdotas.
Y hablando de la rutina, esa palabrota que la relacionamos normalmente con el aburrimiento y que nos da la sensacion de seguridad de lo conocido, esa sensacion de control, muchas veces ficticia, de las cosas, y aunque nos gusten o no, dificilmente las modificamos, y que nos lleva a pedir siempre el mismo helado del mismo sabor y que de ninguna manera permitirá que pidas un helado de aguacate, es ese instinto protector que ve a los monstruos de nuestro subconsciente, e incluso en nuestras relaciones se convierte en una amalgama que une a las personas, para bien y para mal. Es ese miedo a perder lo que ya tienes y no te permite ver que puedes tener mas de lo que hoy ya tienes.
Una de las cosas que reflexionaba cuando andaba en bicicleta, era acerca de una vocesita interna que me hacia parar un momento a pensar, cada vez que iba ha tomar una ruta nueva, o bajar por un pendiente complicada, en todo lo malo que podía pasar, y sin embargo daba ese salto de fe y pasaba a la acción, y darme cuenta que no paso nada malo, si no todo lo contrario.
Sigo creyendo que no se trata simplemente de hacer cambios por que si, en algunos simplemente debes de disfrutarlos por el mero placer de hacer algo diferente, en otros deberás de preparte para la aventura que implica lo desconocido, y en otros los que vayan a implicar un cambio mas radical en tu vida debes de saber incluso a donde quieres llegar, pero invariablemente siempre debes de dar ese salto de fe a lo desconocido, después de todo ¿que es lo peor que podría pasar?
Así pues, se ve la vida desde una bicicleta
Creo que cuando somos niños tenemos esa avidez por hacer, curiosidad hasta ajenos a miedos porque no tenemos otra preocupaci{on que la de vivir la experiencia.
ResponderEliminarNos olvidamos un poco de disfrutar...
a veces no creo que necesitemos pensarlo demasiado
ser más espontáneos. Recien lo viví el dia que frente a un avióneta debia subir con equipo y todo para saltar en paracaidas
moria de miedo pero a la vez ese impulso de atreverse fue lo que creo, me ha dado esa idea de que uno se limita y no hace algunas cosas porque piensa demasiado en el que dirán , en lo que puede pasar, y si en el trayecto nos vamos a romper algo
es irónico que siendo niños no sintamos esa aprehensión de lo seguro.