Pueblo quieto
Esta semana, es un parte aguas muy importante en mi vida, se cerro un ciclo de casi 13 años.
Y como si el destino quisiera que recapitulara en el lugar en donde todo comenzó, tuve que pasar un par de días en la casa paterna.
Este domingo, la mañana es muy tipica en este lugar, la noche anterior llovio torrencialmente, por lo que esta fresca y con charcos por doquier, me subo a la bici y me dirijo a la alameda, ahí donde aprendí a andar en ella, siguen los mismos juegos infantiles que en algún momento de mi infancia tanto disfrute, en la parte central la estatua del héroe local mira inmutable el paso del tiempo, como tambien seguramente lo hacen los arboles que nos rodean.
Continuo mi camino, y paso por lo que hoy es el palacio municipal, pero que en mis recuerdos funcionaba como una escuela primaria, aunque no en donde yo estudie.
Paso por el río y llego al Parque Lopez, en donde el día de mi primera comunión, me escape a patinar y termine en el hospital con una sutura de siete puntadas en la cabeza.
Luego a la izquierda observo la escuela covadonga, de monjas y obvio, solo para niñas, ahí donde estudiaron mis hermanas y en donde mis amigos y yo asistíamos a las "tardeadas" a "ligar" como cualquier adolescente
Paso por la biblioteca, la recordaba mas grande, su parque fue testigo de mi primer beso.
En esa misma esquina se encuentra una escuela de enfermería, la recuerdo por que ahí estuve a punto de ser atropellado en mi bici, cuando estaba en la secundaria, como si volviera a una escena del crimen, miro los discos de alto y confirmo que esa señora tuvo la culpa
Vuelta a la derecha y esta el parque de la concordia, con su Iglesia de un barroco muy cargado, no lo podría afirmar pero casi churrigueresco
Al final de mi paseo, pareciera que en Orizaba, el tiempo no haya pasado, pero la realidad es que ya todo cambio en pueblo quieto.
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